Cuando escuché por primera sobre el Crater Ijen, o Kawah Ijen como los indonesios le llaman, estaba de camino entre el volcán del Monte Bromo a Probolinggo, y luego me dirigía hacia Banyuwangi, la ciudad más cercana a Kawah Ijen. Antes de ir a Banyuwangi, tan sólo sabía que había un volcán cerca de la ciudad, pero no tenía ni idea de lo que me esperaba una vez allí.
La primera cosa que los viajeros que me encontré en el Monte Bromo me contaron, fue que habían minas de azufre en el mismo cráter, cosa que no me sorprendía del todo, ya que había estado en Japón unos meses antes de mi viaje a Indonesia, y era bastante común ver azufre allí, aunque no minas.
Aunque lo que me fascinó más fue saber que veríamos llamas azules durante la noche, alrededor de las minas de azufre. ¡No era capaz de imaginarlo! Estuve intentando recordar el fuego azul que he visto muchísimas veces al cocinar con gas o cuando preparé alguna barbacoa con mis amigos, pero no conseguía visualizarlo a gran escala. De todas maneras, esto no sería lo único que haría de la ruta de senderismo a Kawah Ijen una experiencia impactante.