Los senderistas nos alegramos todos los días de los avances de la tecnología, pues nos facilitan mucho la vida y nos dan la posibilidad de disfrutar la senda sin preocuparnos por perdernos.
Tanto el GPS dedicado como los teléfonos inteligentes han venido a ser una especie de bendición para los senderistas de este siglo. Gracias a aplicaciones como Walkaholic, ahora es posible consultar en tiempo real nuestra posición con respecto a la ruta que hemos seleccionado.
Más aún, gracias a internet tenemos la posibilidad de utilizar la experiencia de senderistas que han pasado por nuestro sendero antes. Y no solamente con la descripción en palabras de los puntos de referencia más importantes, sino también con fotografías con las que poder corroborar nuestra posición.
Aunque muchos no lo empleen, estas imágenes tienen casi siempre una etiqueta llamada GeoTag, que nos brinda las coordenadas GPS del lugar donde fueron tomadas y es otro elemento para guiarnos en el camino.
Todos estos avances son, sin dudas, muy útiles. Pero también nos hacen dependientes: estos equipos dependen de la electricidad y pueden descargarse, entrar en zonas de silencio donde la conexión falle o simplemente pueden sufrir un accidente y dejar de funcionar.
Por ello, desde Walkaholic repasamos otras formas de orientación para rutas de senderismo que, aunque tradicionales, no deben caer en el olvido… pues te pueden salvar de un aprieto cualquiera de estos días.
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Lo clásico no envejece: mapa y brújula
Aún cuando tengamos nuestra tecnología en orden, es inteligente y recomendable llevar en papel un buen mapa topológico de la región a recorrer, dónde hayamos delineado la ruta que vamos a tomar. Y, claro está, una brújula magnética para orientarnos en el terreno.
Estas dos ayudas son de pequeño tamaño, apenas pesan y pueden ser la diferencia entre un día de diversión y que tengamos que ser rescatados. Ambas nos ayudan a orientarnos en el terreno: o sea, saber nuestra ubicación precisa en un momento dado, identificar el territorio a nuestro alrededor y elegir el mejor camino para llegar a nuestro destino.
Con un mapa, si hemos trazado previamente nuestro derrotero, podemos desde nuestro punto de inicio seguir la ruta prestando atención al paisaje sin otro instrumento. A esto debemos sumar que los senderos homologados están bien señalizados y tienen bastante tránsito, así que es difícil perderse.
No obstante, si no podemos orientar el mapa en el terreno por simple inspección o seguimos un camino que no está bien señalizado, debemos recurrir a la brújula. Para ello alineamos la línea del 0° al 360° con el lateral del mapa, y orientamos el conjunto hacia el norte en la brújula.
Si conocemos donde nos encontramos y lo identificamos en el mapa, sabremos nuestra posición actual. Pero si no, identificando puntos de referencia visibles y conociendo su orientación con la brújula podemos cotejar con el mapa para saber dónde estamos.
También estos elementos nos permiten identificar nuestra posición lineal, o triangular nuestra posición identificando puntos de referencia en el mapa.
Orientándonos sin mapa, brújula ni GPS
Puede darse el caso –ojalá que no– que te veas de repente perdido en la campiña o la montaña y no dispongas de ningún instrumento para orientarte sobre el terreno o pedir auxilio. Tendrás que recurrir entonces a los medios que nuestros antepasados utilizaban.
Recuerda estos seis trucos para orientarte sin instrumentos, pues pueden sacarte de un apuro.
Orientarse por las estrellas
En una noche clara y al aire libre, las estrellas son una excelente forma de recuperar tu rumbo. Por ello, es importante saber reconocer la Estrella Polar (si estás en el hemisferio norte) o la Cruz del Sur.
Para reconocer la Estrella Polar, debes identificar la Osa Mayor, que tiene forma de cazo. Sigue luego la línea de las 2 estrellas exteriores (se llaman Dubhe y Merak). A cinco veces la distancia entre ellas, encontrarás una estrella brillante. Es la Estrella Polar, que señala al Norte.
Orientarse con el sol
De día, puedes utilizar el sol al amanecer y al anochecer como referencia. Aproximadamente, el sol sale por el Este y se pone por el Oeste en ambos hemisferios. Al mediodía, en el hemisferio norte, si te pones de espaldas al sol tu sombra marcará el norte (lo opuesto en el hemisferio sur).
Orientarse con las sombras
También se conoce como el método del reloj, lo que implica que debes tener un reloj analógico de agujas. En el hemisferio norte, alineando la aguja horaria con el sol, en la bisectriz con la cifra 12 del reloj está el Sur (en el hemisferio sur estaría el Norte).
También puedes clavar un palo en el suelo, marcar el final de su sombra y esperar una hora. Marca el final de la nueva sombra y traza una línea entre las marcas. En el hemisferio Norte el primer punto marca el Oeste y el segundo el Este, así que trazando una perpendicular a la línea tendremos el Norte y el Sur.
Orientarse con la luna
Puedes orientarte también con la luna, cuando esta se encuentra en su fase de cuarto menguante (o sea, sus cuernos apuntan hacia la derecha).
En fase creciente, apuntan hacia el Este.
Orientarse con la naturaleza
Aunque no muy precisos, varios elementos de la naturaleza te pueden dar una idea aproximada de hacia dónde están los puntos cardinales.
Una forma es observando la vegetación. En el hemisferio Norte, por ejemplo, el musgo tiende a salir en las zonas más húmedas y sombrías, que se corresponden con el Norte.
En una montaña, por ejemplo, la cara Norte será más abundante en cuanto a vegetación, humedad y nieve se refiere. En la ladera Sur la nieve desaparece primero, y la ladera Norte suele ser más abrupta y cortada.
Otra forma de orientación es a través de los anillos de los árboles cortados. Estos se desarrollan más hacia el lado que recibe mayor cantidad de sol, por lo que el lado de anillos más apretados es el Norte, mientras que dónde estén más separados estarán indicando el Sur.
Orientarse con construcciones
Claro, que si ya encuentras a un lugareño este te puede sacar del aprieto indicándose el camino correcto. Pero las construcciones del hombre también pueden echarte una mano para hallar el camino correcto.
Las iglesias antiguas con trazado de cruz latina, por ejemplo, orientan su altar hacia el Este, por lo que la puerta por donde entran los feligreses señala el Oeste.
Las veletas, utilizadas para señalar la dirección del viento, tienen usualmente brazos con las letras N, S, E, O (W). Éstas están orientadas de forma correcta con respecto a los puntos cardinales.
Ahora que ya sabes cómo orientarte en el terreno con instrumentos y sin ellos, es hora de calzarte las botas y salir a caminar. En especial, cuando llevas en el bolsillo tu celular con la batería cargada y la app de Walkaholic con el mapa del sendero a recorrer listo. ¡Hazte la vida sencilla!
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